El fenómeno “Fan Bieber” crece y crece. Recientemente y mientras se dirigía sobre su patinete motorizado hacia donde había quedado con sus amigos, una ola de fans le reconoció y acorraló en busca de una foto y un autógrafo de su ídolo. Sucedió en el mercado de Westgate, en Gleendale, Arizona, donde tenía que actuar según lo previsto en la gira My World Tour. Justin intentó “escapar”, pero al darse cuenta de que esto era imposible, decidió atender a sus fans una por una.
Al cantante la fama incluso le ha hecho cancelar algún que otro concierto, como sucedió en Long Island’s Roosevelt Field Mall, donde más de 35 unidades de policía se desplegaron después de que varias jóvenes fuesen heridas en la marea humana. Después, en abril también fue cancelada una actuación que en Australia por la intervención policial después de que otras chicas fuera de control también resultasen heridas.
El joven, muy correcto y maduro explicaba entonces en su Twitter: “Quiero aclarar esta situación, yo no lo cancelo. Me levanté esta mañana cuando la policía canceló la actuación por razones de seguridad. Estoy muy contento con la bienvenida y el amor de todo el mundo, pero quiero recordar a todo el mundo que la seguridad de mis fans es lo primero”.
El fenómeno en que se ha convertido está causando un éxito aplastante en las taquillas de sus conciertos, teniendo que añadir una segunda tanda hasta Navidad. Pero la fama hace que tenga que convivir con fenómenos como este. Así lo explicaba en el Today Show’s Matt Laure: “Es una locura que ahora vaya a cualquier sitio y siempre me pidan autógrafos y cosas, pero es una parte de lo que firmé por estar donde estoy”.
Además, el artista no quiere convertirse en algo pasajero: “Quiero ser un artista que no tenga simplemente una canción y ya esté todo hecho. Quiero tener longevidad, que mis fans crezcan conmigo y no ser simplemente un artista adolescente, sino crecer y convertirme en un artista adulto”.
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